Lo que publico a continuación es una entrada que he encontrado en un blog de una persona que se reconoce Gay y su opinión es bien distinta a la de los colectivos Gays que tanto ruido hacen y que no representan fielmente el sentir general y mucho menos los derechos de los niños adoptados. Espero que no os de mucha pereza y hachéis un vistazo. Supongo que esta opinión puede reactivar un poquito este debate que ya estaba un poco olvidado.
Si os interesa saber más podéis visitar http://gaydederechas.blogia.com/
A todo esto, ¿que os parece el engaño al que se está sometiendo a los concursantes del gran hermano de la actual edición al no ser informados de que están besando a un transexual pensando que es una mujer?, todo esto delante de toda España, ¿a nadie se le ocurre pensar que alguno de ellos se puede sentir humillado? . Siempre se habla de los derechos de las mujeres y de las muchas causas que pueden ser objeto de condena judicial al considerarse vejatorias para las féminas. ¿Tenemos igualdad de derechos?. La polémica está servida. Me encantaría recibir comentarios sobre este tema para conocer la opinión del mayor número de gente en una cuestión de la que estoy seguro necesito conocer muchas más opiniones para crearme una propia más amplia.
Voy con el post comentado:
La falacia del matrimonio gay
Cree ZP que, en relación con el llamado matrimonio gay, lo que ha hecho es conceder un derecho a quienes no lo tenían, o como a él le gusta decir, “extender derechos”. Que yo sepa, los españoles, sin ninguna distinción, ya teníamos unos derechos reconocidos por nuestra, todavía vigente, Constitución. Los derechos que, por el simple hecho de haber venido a este mundo, nos corresponden, están todos ellos contemplados en la misma. Un ciudadano, no un pepiño, no necesita más. La ciudadanía no es gay, hetero, blanca, negra, católica o budista: es ciudadanía. Parece mentira tener que decir esta obviedad, pero así estamos. Y lo que habrá que repetirla.
Traducido esto al idioma progre, quiere decir que los gays ya teníamos los mismos derechos que los heteros. Quienes se querían emparejar, cuatro o cinco, ya lo hacían, y quienes no, cientos de miles, pues no. Y vamos a seguir sin hacerlo. Si el PSOE cree que, a los cuatro que sí, su emparejamiento se tiene que llamar como el de la unión hombre-mujer para fundar una familia, ello tiene más que ver con las ganas de fastidiar a la Iglesia, que con la defensa de unos pretendidos derechos gays. Y con el electoralismo. O eso creen ellos, porque esta es otra, lo del matrimonio no va a cambiar en casi nada el sentido del voto de los gays. Me temo, señores del PSOE, que lo de Chueca no es una excepción.
El Partido Socialista, a falta de tener otra cosa, si que tiene buenos estrategas que saben lo que hay que hacer para ganar elecciones a como de lugar, y así lo han demostrado, pero, en este caso, les han metido un gol. Quienes les asesoran en esta materia, no conocen muy bien el mundo gay ni, sobre todo, los mecanismos que nos mueven. Los Zerolo y demás activistas, parece mentira para ellos, están muy, pero que muy alejados de nuestro sentir mayoritario. Tal vez ello explique que sólo el 0,00001% de los gays militen en eso que, de manera tan horrible, se llama “colectivos gays”. Y seguramente soy generoso. La inmensa mayoría de nosotros no sentimos la necesidad, primero de emparejarnos, y segundo de que, de hacerlo, el resultado tenga que llamarse matrimonio. No hacemos cuestión de eso, me temo que somos demasiado individualistas para que nos alcancen esas cosas. Creo, señor Zapatero, que no conoce a demasiados gays, aunque, como buen progre, seguro que repite usted varias veces al día el mantra: "tengo muchos amigos homosexuales."
Resumiento: que no nos ha concedido ningún derecho de más, ZP, que los que nos corresponden, ya los teníamos.
21/08/2006 18:59
sábado, 15 de septiembre de 2007
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7 comentarios:
¿Y qué sabes tú del "sentir general"?
No me apetece dar mi punto de vista para un post que, con solo echarle un vistazo, me cansa. Me aburre la política, rizar el rizo, darle vueltas siempre a lo mismo...
Cada uno es libre de tener su opinión, eso te lo respeto. Lo que me parece fatal es eso de ir tratando de censurar cosas en las que no se tiene implicación ninguna.
Y en cuanto a tu encuesta, Amor, la concursante de GH no es homosexual. Es transexual. Espero que corrijas el error.
Un saludo.
Hablas por ti, y haces bien. Pero no generalices. El "sentir general" no digo que sea el que yo tengo, pero el tuyo seguro que tampoco.
Prueba a preguntarle a los gays españoles y que te digan si abolirían la nueva Ley del matrimonio.
Un saludo.
Asumo el error al crear la encuesta y poner homosexual en lugar de transexual, tienes razón pek, ha sido un lapsus. No se puede corregir por que si no se borraría la encuesta. Espero que se entienda y con esto se de por aclarado y corregido.
Estoy seguro que si preguntamos a los homosexuales de este pais si abolirían la ley dirían que no, pero yo les preguntaría antes de su creación si la considerarían necesaria. Seguramente habría mucha indiferencia ante la cuestión fuera de estos colectivos. Es mi opinión y no pretendo censurar cuestiones que no me afectan pero creo que se ha incluido a todos los ciudadanos en el debate en el momento que en esa ley se recoge el derecho de adopción. Todos tenemos derecho a opinar ante estas circunstancias y no pretendo montar aquí una plataforma antigays ni nada por el estilo, solo escuchar otras opinones. Gracias por las vuestras.
Los maricas somos tíos, y a los tíos Dios nos dió una polla y un cerebro, pero no nos dió suficiente sangre como para que ambos funcionasen a la vez, asi que guste o no guste, los tíos en general y a los gayes en particular lo que nos gusta es ir polinizando culitos por ahí.
Políticamente hay al menos seis tipos de homosexuales y muchos están en contra del matrimonio gay por diversas razones.
La sociedad española es una sociedad plural y los homosexuales, como el resto de las personas, articulan sus opiniones en torno a diversos ejes, donde el sistema de valores y creencias ocupa un papel destacado, como es lógico. En este sentido, y en términos cualitativos, es necesario subdividir el conjunto estadístico de los 335.000 homosexuales españoles en al menos seis grandes grupos:
a) Homosexualidad como conducta que se rechaza. Por razones religiosas o culturales existen homosexuales que consideran inadecuada la práctica y buscan su modificación. Este grupo parte del supuesto de la reversibilidad de la condición de homosexual. De la misma manera que la condición heterosexual es alterable, parcial o totalmente, y personas que han vivido como heterosexuales adoptan un estilo de vida homosexual, existen los casos contrarios de los que psiquiatras especializados pueden ilustrar sus características y casuísticas. El componente más importante se caracteriza por sus convicciones religiosas.
b) Homosexuales que asumen su práctica pero la mantienen al margen de su sistema de convicciones políticas. El sexo constituye una opción gratificante pero no un estilo de vida. Este subgrupo no comparte el matrimonio ni la adopción, al que consideran una alteración del orden social.
c) Homosexuales que ven en el matrimonio una forma de normalizar su situación ante la sociedad. Consideran que la legitimación del emparejamiento en términos equivalentes a los de la relación heterosexual, dignifica su condición. El matrimonio es, por consiguiente, un instrumento para su reconocimiento sexual. Existe un componente significativo de cristianos que se alinean en posiciones de búsqueda o preocupación por el reconocimiento de la Iglesia a su práctica sexual. Difieren del primer grupo en el sentido de que estos aspiran a que la Iglesia acabe aceptando su relación y entienden que el matrimonio civil es un factor fundamental. Sólo una minoría entre los hombres defiende la adopción general, todos comparten que las parejas homosexuales con hijos biológicos tienen derecho a la adopción como tal pareja.
d) Homosexualismo político: el matrimonio y la adopción son objetivos intermedios de la agenda política que aspira a configurar la sociedad en términos de diversos sexos, o en términos más precisos según otras opiniones a considerar el sexo como una categoría cultural y no biológica. Sería, por tanto, una variación de la ideología de género de determinadas corrientes del feminismo. El matrimonio y la adopción son la base de partida para introducir la homosexualidad en los programas educativos de la enseñanza con carácter obligatorio para todo tipo de centros, y expulsar del ámbito educativo todos los textos y enseñantes que mantengan criterios críticos o de reserva con la homosexualidad.
Este proyecto pasa por asumir que es bueno que las parejas homosexuales puedan adoptar y que no es un inconveniente, sino todo lo contrario, que los niños adquieran la misma tendencia homosexual. Su objetivo es aumentar el número de homosexuales en la sociedad una vez conseguida la hegemonía en el control de la agenda política. Son objetivos subsiguientes la regulación de los costes de la fecundación in vitro a cargo de la Seguridad Social, y la legalización de las madres de alquiler, por una parte y la incorporación en el código como delito penal las opiniones críticas o contrarias a la homosexualidad. Esta última medida se considera básica para suprimir las resistencias relacionadas con la introducción real en los centros escolares.
Una parte de esta orientación política sostiene, además, como objetivo la legalización de las relaciones sexuales intergeneracionales, y por tanto la supresión del actual límite del código penal situado en los 14 años. Poseen un alto grado de organización a escala europea e internacional y disponen de recursos y definición de estrategias nacidas del trabajo del lobby del homosexualismo político de Estados Unidos.
e) Homosexualismo lúdico. Participan de un estilo de vida ostentosamente homosexual, pero no tienen ninguna aspiración política, si bien apoyan al homosexualismo político por cuanto consideran su mejor protección ante su capacidad para hacerse visibles a la sociedad en términos llamativos. Tiende en la práctica a vivir y frecuentar entornos estrictamente homosexuales. Es el grupo más notorio pero ni mucho menos el más significativo.
f) Homosexualismo revolucionario. Consideran el matrimonio como el fruto de una concepción heterosexual mucho más cerrada y patriarcal que la que promueve la homosexualidad, que está basada en la apertura permanente a nuevas relaciones. Ven el matrimonio homosexual como una trampa del sistema para continuar con su dominación, rechazan radicalmente los territorios homosexuales porque consideran que es una práctica ghettista. Su orientación ideológica tiene un trasfondo de orientación anarquista. Coinciden con el homosexualismo político en la acción por la normalización de sus derechos pero rechazan el matrimonio. No existen prácticamente lesbianas en este grupo. Su nivel organizativo es modesto y su presencia internacional reducida.
A partir de esta notable fragmentación es deducible que el homosexualismo que ha comportado su hegemonía en la agenda política no nace de su número, unas decenas de miles en su caso, sino en circunstancias mucho más complejas, que están lejos de haber sido estudiadas.
¿Cómo una minoría tan reducida, limitada por unos claros componentes psicobiológicos, ha conseguido un cambio tan substancial en algunos -pocos- países, y por qué esto se ha realizado en determinadas sociedades (Bélgica, y ahora y en una medida mayor de acuerdo con la previsiones legales en España) y no en otros que por razones distintas poseen antecedentes de Pensamiento Ilustrado mucho más claros?
Ni en Francia, origen de la Revolución Francesa y su influencia en Europa, ni en Alemania cuna del idealismo, ni en Gran Bretaña, primera revolución democrática y fuente de inspiración de la Revolución Francesa, ni sobre todo en Estados Unidos y la gran Revolución Norteamericana en el sentido de desarrollo de las libertades personales y derechos civiles, ha conseguido el homosexualismo político carta de naturaleza, y su incidencia en la agenda política, siendo significativa, es marginal en términos de producción legal. Es del todo evidente que la evolución distinta y en cierta manera tan apartada de la lógica más superficial, constituye todavía una materia de estudio inédito fundamental desde el punto de vista de las ciencias sociales.
Chicos, espero volver a veros el viernes en el Bolboreta. El otro día me lo pasé super bien con vosotros.
y tú quién eres en ese caso, para juzgar lo que sienten unos u otros? Yo te recomiendo desde mi humilde silla giratoria de habitación, que no rehuyas a la realidad social actual y a la ampliación de los derechos que el Gobierno Español nos ha dado a millones de personas. Y te invito abiertamente a que hables con una persona homosexual, para que veas que además de ser igual que tú y sentir exactamente lo mismo, posee una mentalidad SUPERIOR a la tuya.
Te tendría que haber salido un hijo gay, para que supieras lo que es ser persona. Inculto. Inculto, y Pepero.
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